En la actualidad son muchas las mujeres que acuden a la cirugía estética para encontrarse mejor con su figura y recuperar su autoestima. No obstante, a pesar de que los tratamientos quirúrgicos persiguen un objetivo a nivel físico y de imagen, en ocasiones la razón atiende estrictamente a problemas de salud. Un ejemplo de ello son las operaciones de reducción de pecho. Aunque en el pasado el canon de belleza apuntaba al realce de los senos, lo cierto es que tener un pecho grande puede ser un gran inconveniente para gran parte de la población femenina.
Dolor de espalda y mala postura
Una mujer que tenga un busto voluminoso tiende a sufrir dolores tanto en la columna dorsal como en la cervical. Aunque durante la adolescencia y la juventud no tengan tantas molestias, con el paso de los años comienzan a aparecer las rigideces y el problema se agudiza. Hay que tener en cuenta que si las dolencias no se tratan o si no se corrigen las malas posturas, el exceso de pecho puede llegar a desgastar los discos y a provocar hernias discales.
Dermatitis
Con el sudor y el calor muchas mujeres notan que debajo de las mamas aparecen rojeces, sarpullidos y granitos. Las molestas erupciones cutáneas entre los pliegues de la piel son conocidas con el nombre de intertrigo. Aunque para prevenirlas es recomendable la aplicación de vaselina o ungüentos especiales para crear una barrera que impida la irritación de la piel, este es otro de los motivos por el que muchas mujeres desisten y se someten a una intervención de reducción de pecho. El objetivo: ganar calidad de vida.
Poca libertad de movimientos
El exceso de pecho también impide a muchas mujeres encontrar una postura cómoda a la hora de dormir o realizar determinados ejercicios. Desde Centro Europeo de Cirugía Estética recordamos que esto puede llegar a ser un problema para comer, algo que lleva a adoptar posturas incorrectas que posteriormente derivan en dolencias de espalda.
Prendas y ropa interior
Las mujeres con las mamas muy grandes suelen tener problemas para comprar ropa que se ajuste a su figura. Además, aunque existen sujetadores de tallas grandes, los que son deportivos no siempre se encuentran con facilidad. Por no hablar de la diferencia de talla que puede existir a la hora de comprar un bikini con la parte de arriba y la de abajo.