Bastante difícil resulta la adolescencia para algunas personas como para que las marcas que el acné ha dejado en su rostro se lo recuerde toda la vida. Pero gracias algunas técnicas como el peeling de fenol o el peeling de AHAs (Alfa Hidroxy Ácidos) podemos eliminar esas huellas de la juventud y conseguir que la piel del rostro luzca más lisa y tersa. Hoy te contamos cómo funcionan estos peelings y cuándo resultan aconsejables.
Los granos y espinillas que forman el llamado acné juvenil pueden dejar antiestéticas cicatrices, especialmente cuando se han manipulado o infectado. Un 80% de las personas lo sufren durante este etapa de su vida, lo que da lugar a que sean muchos los adultos que se acercan a nuestras clínicas estéticas en Granada y Madrid buscando la manera de eliminar las marcas que ha dejado en su rostro.
Cuándo recurrir a un peeling químico facial
La gran variedad de peelings químicos que realizamos en nuestras clínicas se usan, en términos generales, para mejorar la textura de la piel del rostro eliminando las capas más superficiales que son las que están dañadas.
Resultan aconsejables en aquellos pacientes que presentan manchas faciales, arrugas, pigmentación desigual, lesiones cancerosas o marcas de acné. Como se pueden usar diferentes sustancias químicas como fenol, ácido trichloroacético (TCA) o alfa hidroxy ácidos (AHAs), es necesario dar con la fórmula precisa que elimine el problema que ha llevado a una persona a acudir a nosotros.
El peeling AHAs
Aunque cada caso requiere de un estudio previo personalizado, podemos decir que los peelings químicos AHAs son la técnica con la que se obtienen los mejores resultados a la hora de eliminar las marcas de acné.
Este peeling alisa la piel, mejora la textura de las lesiones producidas por la presencia de acné y contribuye a que el rostro luzca más terso y luminoso. Además, puede combinarse con agentes despigmentantes para corregir problemas de pigmento o como pretratamiento de TCA.
Es importante recordar que estos peeling AHAs son los más ligeros y menos “agresivos” sin que por ello pierdan eficacia para alcanzar los objetivos ya que consiguen, en una o varias sesiones, que la piel del rostro esté más lisa y luminosa.
Cuando un tratamiento requiere de varias sesiones, lo habitual es variar la concentración química y espaciar por semanas o intervalos de tiempo más largos cada una de ellas, con el objetivo de que el paciente se recupere y los resultados finales sean los óptimos.
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